5 Elementos Esenciales Para aoraciones
5 Elementos Esenciales Para aoraciones
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Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste Bancal el momento cumbre de su pasión; Tú misma incluso te notaríVencedor expirar de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.
O ¿llora por tantos hijos a quienes el error y el pecado han decaído la vida de la Chispa y ofenden gravemente a Altísimo? O ¿ son las lágrimas de dilación por el retorno de los hijos suyos, un día fieles y actualmente arrastrados por falsos encantos entre los enemigos de Dios?
«Les atinaré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas.»
Considera, alma piadosa, el tristísimo cuadro de soledad y desolación de María que ahora se ofrece a tu contemplación, sepultado el sacrosanto cuerpo de Jesús tu redentor. A posteriori que la dolorida e inconsolable Origen hubo desahogado un tanto la desarrollo de su dolor sobre el inanimado cuerpo del Hijo descendido de la cruz, lamentando amargamente el bárbaro estrago que los hijos del pecado habían hecho en aquel cuerpo impecable y adorabilísimo, los piadosos varones José y Nicodemo, tras haberlo embalsamado, suplicaron compasivos a la Raíz afligidísima que les permitiese darle sepultura antiguamente que cerrase la noche.
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Señor mío Redentor, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi SeñYa la Virgen María cuando te vio crucificado: por este dolor te pido el don de Humor y antiguamente de mi muerte, tu Cuerpo en comida.
Que incluyen los de su Madre. Sobre ellos y la devoción a los Siete Dolores acaba de presentarse una obra bellísimamente ilustrada que ha traducido el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, quien explicó a
Estas cosas han sido dichas por Cristo y sobre Cristo en la Sagrada Antiguo testamento. Pero veamos ahora las evidencias de su divinidad, las cuales podemos clasificar en cuatro categorías:
Deplorar no es imperfección cuando el motivo del llanto es santo. Llorar no es efecto de afición, sino de fina sensibilidad. Llorar a impulsos del simpatía divino es un don de Jehová, don que solo a grandes almas se concede.
Lágrimas de oración: de la Origen que eleva su oración suplicante por los que no rezan, por los que están obstinados y cerrados para no escuchar a Alá.
4. El acercamiento con Jesús camino del Calvario: Este cuarto dolor nos invita a reflexionar sobre el coincidencia doloroso de María con Jesús cargando la cruz camino del Calvario.
Señor mío Jesús, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi Señora la Virginal María al tenerte en sus aoraciones brazos y contemplar tus mortales heridas: por este dolor te pido una verdadera devoción a tu Pasión y muerte.
La estructura del Rosario de los Siete Dolores se divide en siete misterios, cada uno representa un dolor específico de María. Estos siete misterios son los siguientes: